Un verdadero corazón de oro: El viaje de Jeremiahs hacia un trasplante de corazón
Con las sirenas sonando, Angelie y su esposo atravesaron el tráfico a toda velocidad, ansiosos por llegar a tiempo a la ciudad. La escolta policial que tenían delante les despejó el camino, lo que les permitió trasladarse rápidamente al Boston Children’s Hospital, donde los esperaba su hijo de 6 años, Jeremiahs, apodado JJ. Si Angelie no hubiera hecho señas al vehículo de la policía unas millas antes, nunca habrían llegado a tiempo. “Ese día había mucho tráfico, no nos movíamos y fue entonces cuando vi el vehículo de policía a un lado de la carretera”, explica Angelie. “Les expliqué la situación e inmediatamente supieron que teníamos que ir al hospital, pasara lo que pasara.”
Antes de este estresante viaje en automóvil, Angelie y JJ no eran ajenos a los hospitales y los problemas de salud. Cuando era una madre joven, Angelie se enteró mientras estaba embarazada de Jeremiahs que él nacería con un defecto cardíaco congénito complejo. Sus médicos en el sureste de Massachusetts sugirieron que la calidad de vida de Jeremiahs no sería suficiente y que le plantearía muchos desafíos a medida que creciera. Angelie tenía plena fe en que su hijo crecería fuerte, por lo que su médico lo transfirió al Boston Children’s Hospital.
Cuando nació, JJ fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos Cardíacos (CICU) del Boston Children’s y se le programó una cirugía a corazón abierto una semana después. Después de esa primera cirugía, JJ estuvo hospitalizado durante 10 meses. Tres cirugías a corazón abierto más tarde, pudo quedarse en casa durante casi dos años hasta que le tocara la siguiente.
Nunca hay que dejar de creer
Después de su cuarta cirugía a corazón abierto en agosto de 2018, su equipo de atención, dirigido por el Dr. Christopher Baird y el Dr. Paul Esteso, se dio cuenta de que algo no estaba bien: Jeremiahs tenía una gran hemorragia interna y necesitaría una cirugía de emergencia. Durante la intervención, el equipo descubrió que el corazón de JJ aún no funcionaba correctamente y que JJ tenía una intensa coagulación sanguínea y falta de oxígeno, lo que hacía que sus manos y pies se pusieran negros.
El equipo quirúrgico decidió que permanecería en el hospital con oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO), una tecnología avanzada que apoya temporalmente la función cardíaca y pulmonar, lo que dio tiempo a los pulmones de JJ de crecer y permitirle recuperarse de la cirugía.
Una vez que respondió bien a la ECMO y se le autorizó a dejar ese tratamiento, Angelie se estaba preparando para encontrar un centro de rehabilitación en el que JJ pudiera seguir recuperándose. Sin embargo, ella y los médicos de JJ se sorprendieron cuando él comenzó a correr por su habitación del hospital, riendo y jugando. «Le echaron un vistazo y todos estuvimos de acuerdo en que no necesitaría cuidados de rehabilitación en un centro», recuerda Angelie. “Así que, con la aprobación del médico, pudimos llevarlo a casa”. Durante casi tres años, pudo permanecer fuera del hospital para cualquier intervención importante.
Moviendo montañas… y el tráfico
En enero de 2020, después de que JJ fuera trasladado de urgencia al hospital con una frecuencia cardíaca peligrosamente alta, su equipo de atención le dijo a Angelie que un trasplante de corazón sería lo mejor para su calidad de vida. Ella y su esposo estuvieron de acuerdo, y JJ fue incluida en la lista de espera nacional para encontrar un donante compatible.
Un día, en agosto de 2022, Angelie y su esposo estaban en casa cuando sus teléfonos celulares empezaron a sonar sin parar. “El Dr. Esteso nos llamó para decirnos que había un candidato compatible para que Jeremiahs recibiera un trasplante de corazón”, cuenta Angelie.
Con solo dos horas para llegar al hospital, y viviendo a una hora de distancia, ella y su esposo se subieron al automóvil lo más rápido que pudieron. Gracias al agente de policía al que le hizo señas, llegaron al hospital en un tiempo récord y Jeremiahs pudo recibir un trasplante de corazón exitoso. “Nunca perdimos la esperanza y el equipo del Boston Children’s estuvo ahí con nosotros, sin parar hasta que Jeremiahs estuvo sano”. Ahora, Jeremiahs, de 7 años, tras un año de su trasplante de corazón, está recibiendo un sistema de medicación oral contra el rechazo para garantizar que su cuerpo se mantenga fuerte. Cuando no está protegiendo a sus hermanas menores como hermano mayor, toca la batería en su iglesia local, que le regaló el agente de policía que acompañó a sus padres al hospital.
Para obtener más información, visite el Benderson Family Heart Center y el Pediatric Transplant Center.
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